sábado, 28 de octubre de 2023

POPURRÍ

Cuando era pequeña siempre había una guitarra (o más) en las reuniones de amigos. En el colegio, Isabel era la que siempre estaba dispuesta a tocarla; en el grupo de la parroquia, Pepe daba la entrada; en el grupo de guías no recuerdo si era Bea o su hermana; y en el Arcla, Salva no tenía rival. Y de mucho antes eran las clases de guitarra, a las que asistíamos mi hermana y yo, donde aprendí canciones de siempre mezcladas con éxitos del momento.

Desde mi infancia hasta el final de mi juventud hay una larga lista de canciones que componen mi banda sonora de versiones musicales de todo tipo. Ya he contado alguna vez que me sé canciones de las que no recuerdo título ni autor, pero identificó la melodía y me sé las letras, tanto del estribillo como de las estrofas, con gran fidelidad.

Me hago mayor y, si escucho las canciones de esa época, me vienen a la memoria asociaciones curiosas. Esta vez ha sido escuchando en la radio Déjame, que ahora sé que es de Los Secretos. Hubo una época en la que la cantábamos mucho y, a continuación, como si quisiéramos conjurar y neutralizar el mensaje, nos arrancábamos sin intermedio con Si me dejas no vale que, al buscarla, me he enterado de que es de Julio Iglesias.

Y, como otras veces, los recuerdos no son neutros, ese “Déjame pero no me dejes” que entrelaza las dos canciones, me hace caer en que las contradicciones están instaladas en mi mente hace mucho tiempo (¿o es de siempre?): soledad-compañía, alegría-tristeza, pasado-presente, altruismo-egoísmo, anarquía-caos, hablar-callar, independencia-pertenencia...

Que ya, que la idea no es original, ni sólo me pasa a mí, pero hoy tenía melodía.

Son fáciles de encontrar, pero aquí dejo enlaces a las dos canciones, en el orden adecuado:

https://youtu.be/TYZeE7Gk_WIg?si=

https://youtu.be/lt7_0geMCCw?si=OfqVAS4GKUkvsZ02

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