Intensivo de Mindfulness:
Tengo plena conciencia de mi cabeza, mi nariz y mi garganta.
A ratos, de mis músculos y mi aparato digestivo.
Contemplo mi estado desde la tranquilidad, esperando a que pase.
Respiro y eso es suficiente.
En la pandemia aprendimos que no es buena idea soplar las velas o compartir la cantimplora.
Varias generaciones hemos crecido haciendo esas “guarrerías” y con ellas, sin saberlo, mejorábamos nuestra inmunidad y nuestra humanidad.