jueves, 12 de diciembre de 2019

CINCUENTA Y CINCO


Mi edad es experiencia acumulada.
Dificultades superadas.
Felicidad disfrutada.
Amaneceres en compañía.
Atardeceres sola.
Retos conseguidos.
Fracasos sonados.
Proyectos llevados a término.
Planes inacabados.
Ilusiones.
Miedos.
Risas.
Llantos.
Desengaños.
Esperanza...
Vida.

sábado, 12 de octubre de 2019

OTRO PUNTO DE VISTA


Un día me encontraba mirando al mar Cantábrico a la altura de Donostia y se me vino a la cabeza cuánto habían cambiado algunas cosas desde las últimas veces que había visto ese mismo mar desde esa misma ciudad. 

Hice un repaso, en apariencia mi vida era muy parecida, salvando que la compañía de Joaquín era menos corpórea. Concluí que la diferencia no era más, ni menos, que un cambio en el punto de vista:

Estaba allí, apoyada en la famosa barandilla de la playa de... Ondarreta, era un día claro y veía el Peine del Viento y el Puerto, como tantas otras veces... pero no, no recuerdo ninguna ocasión en que esa fuera mi primera visión de esa bahía, siempre llegábamos entrando por la Parte Vieja y la Concha. Esa vez ni siquiera pisé la Parte Vieja ni pasé por los Cubos hacia la Zurriola. Mariaren Bihotza ahora es Claret Ikastola... también otro punto de vista.

Otro cambio, ya iniciado hace unos años, pero ahora consolidado y con visos de ir a más: cuando Joaquín se encontraba bien viajábamos a nuevos y viejos lugares, por curiosidad o nostalgia, pero con el único fin de viajar. Ahora viajo “por deporte”, no, no es una nueva modalidad deportiva, simplemente las fechas y los destinos están marcados por los campeonatos y encuentros deportivos de nuestra hija. Por eso la visita a los lugares habituales queda condicionada por los ratos que deja el horario de los partidos y la ubicación de los polideportivos.

Otro cambio más, mi posición se ha desplazado desde el asiento del copiloto al del conductor, apenas unos centímetros en distancia física, pero psicológicamente es un abismo que, inesperadamente, he saltado sin dificultad.

Aclaro que no he estado recientemente en Donostia, pero sí he viajado a otro campeonato y he recuperado una reflexión que escribí hace tiempo.

sábado, 22 de junio de 2019

RECUERDOS Y OLVIDOS (II)



Por fin he empezado el libro anunciado, en un cuaderno de hojas no tan blancas ni tapas tan duras como el que suponía, pero mucho más apropiado y personal de lo que hubiera soñado.


El libro va a ser el resultado de un regalo recíproco: el contenido, como dije, es mi responsabilidad, una mirada al pasado legada al futuro y el soporte ha sido una sorpresa de mi hija en el presente.



Al final es un bloque de hojas color crema, encuadernado con tapas de cartón, un soporte adecuado para estampar un grabado realizado por ella.

Está hecho a partir de un dibujo suyo de Notre Dame, anterior al incendio, sobre una plancha de linóleo, vaciado con paciencia y habilidad. La estampación no es técnicamente perfecta, consecuencia de la realización casera sin material adecuado, pero el efecto es ad hoc sin tacha. Desdibujado en algunas zonas, corregido o redundante en otras y con intensidad variable de los trazos... como son los recuerdos.

Aún está sin acabar, no me refiero al contenido, que va a ser una tarea siempre inacabada, la foto que veis es la portada, pero la tapa de atrás va a ser el mismo dibujo en negativo y requiere trabajar sobre otra plancha. 


Ya nos hemos puesto las dos manos a la obra.

martes, 7 de mayo de 2019

RECUERDOS Y OLVIDOS (I)

No sé si esta entrada inaugura una serie nueva o como tantos proyectos se quedará en un intento.


Mi hija me ha pedido que le vaya escribiendo un libro de anécdotas familiares, de cuando era pequeña o nosotros jóvenes o de nuestros padres (sus abuelos), episodios relevantes, curiosos o graciosos para que pueda releerlos quizá cuando ya no pueda recordarlos. Supongo que echa de menos historias que comentábamos su padre y yo y que a ella le hacían gracia o le hacían imaginar lugares y personajes que en algún momento se cruzaron en nuestro camino. 

Lo pienso hacer a mano, en algún cuaderno de hojas blancas y tapas duras, a modo de Libro de Oro de Patrulla, y no creo que publique todo lo que escriba, pero este principio sí he querido que aparezca, como muestra de mi compromiso.

No va a ser nada cronológico, los recuerdos no lo son,  se me vienen a la cabeza por asociaciones de ideas a veces muy evidentes y otras más retorcidas. Los que cuento hoy se han desencadenado a partir de haber mirado la publicidad del buzón.

Entre mis ojos y mi cerebro debe haber algo parecido al corrector de Whatsapp: así, ojeo un folleto de propaganda y pone “decoración colgante” y yo leo “decoración elegante”, pone “vela aromática” y leo “vela romántica”. Cierto que en la foto el adorno no me parece elegante ni distingo una vela romántica de otra que no lo sea y entonces descubro mi dislexia.

Me ha pasado toda la vida con carteles y anuncios y la verdad es que es divertido mientras no da lugar a malos entendidos. 


Cuando era pequeña, mis padres me regalaron un cuento: “La abuelita en el manzano” de Mira Lobe, exactamente con la portada de la foto, fijaos en que apenas hay diferencia de tamaño ni de fuente entre el nombre de la autora y el título. No recuerdo de qué iba el cuento, pero sí me acuerdo de que durante mucho tiempo me pregunté quién era Lobe, pues según el título tenía que mirar a la abuelita, y yo no encontré nunca a ese personaje.

También cuando era pequeña iba al colegio en metro y todos los días leía el cartel en la puerta del vagón: “tengan cuidado para no introducir el pie entre coche y anden”, en mayúsculas, y sin acentuar andén. Así que, hasta que supe lo que era un andén, me pasaba los días pensando que para no quedarse atascado era buena solución andar, pero que se les había olvidado decir entre qué otra cosa y el coche se podía introducir el pie.

A veces tengo la impresión de vivir en un mundo paralelo mucho más a mi medida que el supuestamente real, aunque otras veces se vuelve un poco absurdo.

Aviso: mis oídos están conectados a mi cerebro con un sistema parecido, con el agravante de que estoy algo sorda y también se ocupa de completar aquellos sonidos que faltan. Si alguna vez contesto algo incoherente no es que no os preste atención es que mi corrector está sin actualizar.